CAPITULO III: "El final nunca es el final"
El primer signo de enfermedad aparece cuando el 9 de enero de 1950 cae desfallecida en un acto ignagural del sindicato de taxistas en Puerto Nuevo. El día 13 la subsecretaria de Informaciones anuncia que la esposa del primer mandatario deberá alejarse temporalmente de sus actividades y hasta internarse por unos días como escusa de una pequeña intervención quirúrgica que se realiza días después que consistía en extraer tejido cancerígeno para realizar una biopsia. El día 14 de febrero a las 21 sufre un nuevo desmayó en la Fundación y es trasladada a la residencia presidencial de la avenida Libertador; a los quince días del incidente vuelve a su ritmo de trabajo, aunque cada vez menor, en la Secretaria de Trabajo y Previsión.
En mayo de 1950 el Doctor y Ministro de Educación Oscar Ivanissevich renuncia como Ministro y medico personal de Eva ante las continuas desobediencias de la paciente. En 1951 ya su ritmo de trabajo había descendido considerablemente y los dolores comienzan a postrarla.
Llegado 1951 las elecciones se aproximaban y la CGT el 3 de agosto hace publica su decisión de candidatear la formula "Perón-Evita" y congregar a un Cabildo Abierto del peronismo el día 22 de agosto que se llevaría a cabo en la avenida Nueve de Julio. El Cabildo se había programado sin la presencia de Evita pero ante los reclamos del pueblo hace su aparición una mujer realmente muy consumida y desmejorada; mientras el pueblo pedía que se postule como vicepresidente Eva rogaba un plazo de cuatro días que ante la negativa, con amenaza de paro general, el pueblo exigía una respuesta ante tal situación Eva pide un plazo de dos horas que es aceptado por el pueblo. Concluidas las dos horas Eva resuelve aceptar la postulación. Pero el 31 de agosto Eva rechaza la postulación con las siguientes palabras apagadas y graves: "...Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto...".
La pequeña crisis económica que atravesaba el país desde 1949 había debilitado un poco al gobierno peronista y es en 1951 donde una contra revolución se arma contra Perón. El día 28 de septiembre había amaneció un poco caldeado y las masas populares se dirigían hacia la plaza de mayo, ante tal situación surge la primera confirmación oficial de que Evita estaba padeciendo una leve anemia que estaba siendo tratada con transfusiones de sangre y reposa, siendo esta una causa de las cuales no se presentaría ante las masas efervorizadas; esa misma noche Eva habla por radio con las siguientes palabras: "...Pero no quiero que termine este día memorable sin hacerles llegar mi palabra de agradecimiento y de homenaje uniendo así mi corazón de mujer argentina y peronista...".
El 15 de octubre, dos días antes de la fecha histórica, Eva lanza su libro La razón de mi vida (el cual fue acusado años después de haber pertenecido al periodista Manuel Penella quien habia contribuido a su redacción) con una primera edición de 300.000 ejemplares. Con excelentes criticas en los circulos literarios.
Cuando llega el 17 de octubre Eva puede por primera vez en 24 días levantarse de su lecho para asistir vestida de negro al acto que conmemora tal grandioso días para el peronismo, el cual dedica esa fecha y le hace entrega de la Distinción del Reconocimiento y Juan Perón le entrega la Gran Medalla Peronista. En el discurso de aquel día nombra nueve veces a su propia muerte, el discurso es considerado por muchos como su testamento político.
El 5 de noviembre la opera, el prestigioso medico cancerígeno norteamericano, George Pack quien en su pronostico advierte que si la paciente mantiene reposo absoluto en un plazo de seis a doce meses se podría prolongar su vida, agrega que su estado es realmente muy delicado.
Llegado el 11 de noviembre se efectúan los comicios donde Perón es ampliamente re electo con un 60%. Concluye así otra lucha de Eva quien con su ley 13.010 obtuvo la aprobación del gobierno para que la mujer vote, Eva vota desde su cama con entera felicidad sabiendo que su casi magistral obra había tenido éxito y seria para siempre. De todas maneras, la vicepresidencia parecía condenada a la vacancia: el 3 de abril de 1952, dos meses antes de asumir, fallece Quijano.
Un hecho de valentía y dedicación que podemos destacar es que Eva siguió recibiendo gente en el primer piso de la residencia en un gran sofá donde la sentaban de alguna forma eso era un motivo para seguir viviendo. El ambiente de su entorno era de engaños que Eva simulaba creer pero un día le dice al padre Hernán Benítez, señalando a Cámpora, Aloé y otros amigos: ".. Ellos me mienten como si yo fuese una cobarde. Yo sé que estoy en un pozo y que de este pozo no me saca nadie".
Su masa corporal se reducía constantemente hasta que en abril de 1952 llego a pesar 38 kilos y una sobreexposición a las radiaciones le había provocado intensas quemaduras en el cuello, tobillo y espaldas zonas donde ya el cáncer había producido metástasis. El Doctor Pedro Ara en su obra póstuma cita: "... Si su espíritu pareció seguir lúcido y vibrante hasta el fin, su cuerpo habíase reducido - según sus médicos- al simple revestimiento de sus laceradas vísceras y de sus hueso. En 33 kilos parece que llegó a quedar aquella señora tan fuerte y bien plantada en la vida...".
El 1° de mayo se obstina y presencia el acto junto a Perón vistiendo un trajecito gris. El pueblo al verla la alienta a decir su discurso, el ultimo, con mucho esfuerzo lo pronuncia y al terminar cae en brazos de Perón, este recuerda que la llevó tras las ventanas del balcón que solo se escuchaba la respiración de el mismo y que Eva parecía muerta. El 7 de mayo cumpleaños y recibe el titulo de Jefa Espiritual de la Nación, en la avenida Libertador miles de personas se apretujan a saludarla y una caravana de 130 taxi tocan sus bocinas en saludo, finalmente aparece en la gran terraza , sostenida por Renzi, saludando un mucha debilidad a la multitud.
Llegado el 4 de junio Perón se apresta a asumir por segunda vez la presidencia, Eva se vuelve a obstinar y le mandan a decir que en la calle hacia mucho frío a lo que Evita responde con mucho enojo: "...Eso se lo manda a decir Perón. Pero yo voy igual: la única manera de que me quede en esta cama es estando muerta...". Con una masiva dosis de calmantes Eva concurre al acto de asunción donde se niega a sentarse por lo cual permanece de pie todo el acto.
Los 52 días de vida son puras idas y venidas que fueron preparando su entorno para el fin inevitable. Ya agonizante es trasladada a un vestidor que es acondicionado con todo lo necesario tomando un aspecto de habitación de hospital dos sillas fundadas, vitrinas con medicamentos, una cama ortopédica y un pequeño tocador con espejo ovalado donde reparte pequeños recuerdos a sus más allegados colaboradores. Juan Domingo Perón recuerda esos días: "...Aquellos días de cama fueron un infierno para Evita - escribe Perón. Estaba reducida a su piel, a través de la cual ya se podía ver el blancor de sus huesos. Sus ojos parecían vivos y elocuentes. Se posaban sobre todas las cosas, interrogaban a todos; a veces estaban serenos, a veces me parecían desesperados..."
El 18 de julio seria como una señal de que la vida de Eva se estaba apagando, pues a las tres y media de la tarde entró aparentemente en coma , ante tal situación los médicos llaman al padre Benítez, además es ordenado un equipo de resusitación y otro de oxigenoterapia; en la madrugada del día anterior Eva se levanta airosamente y ordena que le quiten los tubos que tenia por delante y pide una taza de café. El Doctor Finichietto en presencia de los parientes miente piadosamente : "...Señora, acabamos de extirparle el nervio que le causaba tanto dolor en la nuca. Ya no sufrirá más...". El estado de Evita no daba para más y Perón trae de Alemania dos médicos especialistas, llegan el 20 de julio y de su informe se extrae: "...La muerte de la enferma es inevitable e inminente...". Ese mismo día Perón habla con el padre Benítez a quien le pide que vaya preparando el animo del pueblo desde la Misa Popular que había organizado la CGT y que el conduciría.
El sábado 26 de julio el fin se aproximo, la mañana transcurrió normalmente pero a las 10 horas entra en un sopor del que ya no saldría lo que insta a los médicos a realizar el primer comunicado, a las 17 horas entra en coma. El ultimo comunicado se hace a las 20 cuando se comunica que la salud de la enferma ha empeorado. El lecho es rodeado por todos sus hermanos y más allegados colaboradores. A las 20 y 23 el Doctor Taquini mira a Perón diciendo: "No hay pulso". A las 21 y 36 el locutor J. Furnot lee por la cadena de radiodifusión: " Cumple la Secretaria de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la Señora Eva Perón serán conducidos mañana, al Ministerio de Trabajo y Previsión, donde se instalará la capilla ardiente...".
Sus últimos deseos expresados a Perón fue que no quería que su cuerpo se consumiera bajo tierra y que sea embalsamado por esto se llamó al Doctor Pedro Ara para que proceda a su embalsamamiento quien trabajo desde las 22 horas hasta las 5 del día siguiente en los primeros auxilios en el proceso para embalsarla.
La CGT decretó un duelo de 72 horas y en las plazas de todos los barrios porteños se erigieron pequeños altares con la imagen de Eva y un crespón negro recordándola. El día 27 es trasladado el cuerpo a la Secretaria de Trabajo y Previsión donde el velatorio multitudinario se prolongaría hasta el 9 de agosto, el largo de las colas de gente eran de aproximadas 35 cuadras donde la Fundación repartía frazadas para afrontar las adversas condiciones que se presentaron durante el velatorio y hasta se instalaron puestos sanitarios para la atención de las personas que esperaban. El féretro estuvo custodiado por un empleado que limpiaba constantemente el vidrio del féretro.
Llegado el 9 de agosto el cuerpo es trasladado hasta el Congreso Nacional para rendirle los correspondientes honores. Al día siguiente la mayor procesión que se halla visto en la Argentina es presenciada por 2 millones de personas que recorre las calles Rivadavia, Avenida de Mayo, Hipólito Irigoyen y Paseo Colón, precedida por nueve patrulleros de la policía, diecisiete mil soldados al mando del General José Domingo Molina rinden honores militares y la cureña es arrastrada por 45 personas gremialistas y escoltada por cadetes de institutos militares, alumnos de Ciudad Estudiantil y enfermeras de la Fundación. A las 17 y 50, mientras la ciudad silenciosa es estremecida por una salva de 21 cañonazos y corneta del Ejercito y seis empleados de una empresa fúnebre introducen el ataúd en el segundo piso de la CGT donde el Doctor Pedro Ara la recibe para efectuar la embalsamación que duraría hasta 1955.
A las once y media del 27 de julio sonó el teléfono en la casa del Doctor Ara, y aunque le pesara le comunicaron que desde la Presidencia de la Nación requerían su urgente presencia esa misma noche. El Doctor Pedro Ara se venia ver aquel hecho, días antes se rumoreaba que este eminente medico seria el encargado de embalsamar el cuerpo de la primera dama, Ara no deseaba realizar la embalsamación pues creía conveniente que fuera un facultativo argentino quien hiciera aquel procedimiento pues el era español.
Al llegar a la residencia Perón le entregó las llaves de las piezas anexas a la habitación donde se hallaba el cadáver de Eva Perón y le sugirió que no permitiera a nadie entrar al cuarto. Luego de esto se encontró con la modista y el peluquero quienes expresaron: "...¡Parece dormida!...". El peluquero procedió a cortarle una mecha del cabello de Eva para su madre que Juan Duarte le había mandado a cortar. Luego de terminada la modista de tomar las medias Ara iba a colocarle el rosario bendecido por el Sumo Pontífice cuando apareció la maquilladora y pidió permiso para quitarle el rojo de las uñas como Evita le había ordenado momentos antes de morir. Luego procedió a administrarle las primeras fórmulas y dejar listo el cadáver para el velatorio de casi 15 días. Momentos después Ara se entrevisto con Perón quien le informo que diera las primeras instrucciones para que se acondicione un laboratorio en la CGT y que las obras estarían a cargo del ministro de Obras Publicas.
Durante el velatorio la imaginación de la gente comenzó a divulgar ciertos rumores falsos sobre que le había hecho el Doctor Ara al cadáver, unos decían que la había reducido a un metro, que se estaba poniendo negra, que su cadáver era una replica que había sido mandada a construir meses antes o que solo se conservaba la cabeza y parte del cuello y que el resto había sido quemado por su enfermedad.
Llegado el 12 de agosto el cuerpo fue depositado en el segundo piso la CGT que fue acondicionado como laboratorio y despacho del Doctor Pedro Ara recién construido pintado y puesto a punto. Frente al hall de la planta baja se construyo una especie de monolito con la imagen de Evita y una gran cruz, este monolito se mantuvo florido durante los siguientes tres años. El 26 de agosto el Doctor Ara conoció a las hermanas y madre de Eva quienes fueron durante los siguientes tres años a rezar a las puertas del laboratorio. El trabajo se prolongo hasta 1955 cuando Perón cae en un Golpe de Estado y todo el trabajo de Ara es puesto en manos de una junta medica instalada por el Gobierno. Luego el cadáver comienza una larga y tortuosa peregrinación. Que culmina en septiembre de 1971 cuando regresa a la Argentina, el Doctor Pedro Ara supervisa el estado del cadáver dando como conclusión que no fue maltratado físicamente pero si sufrió algunas consecuencias de la humedad y el traslado y que el dedo que se le había amputado en 1955 para comprobar su identidad había sido desprendido en los tantos viajes que sufrió el cadáver.